Es temporada de piel seca, invitada por las temperaturas más frías. Si a eso le sumamos el lavado de manos excesivo para mantener los gérmenes a raya, tenemos la tomenta perfecta para las manos secas y los pies ásperos, pero no hay razón para sufrir todo el invierno. Aquí te mostramos cómo tener pies y manos suaves y mantenerlos así hasta la primavera.
¿Qué causa la sequedad de los pies y las manos?
Muchas personas sufren de manos y pies secos, ásperos y agrietados a medida que bajan las temperaturas. Es incómodo y las cosas que crees que deberían ayudar, como usar una loción, en realidad pueden empeorar las cosas.
La mejor manera de evitar que la resequedad se convierta en un problema es evitar que la piel pierda humedad en primer lugar. Pero si la resequedad logra desarrollarse, ¡no te preocupes! Hay formas de aumentar la humedad en la piel seca.
Primero, echemos un vistazo a las causas más comunes de la piel seca:
- Lavado de manos: mantener las manos limpias es una de las mejores formas de prevenir resfriados y otras enfermedades durante el año. Sin embargo, especialmente en invierno, tod ese lavado excesivo puede dejar las manos secas, irritadas y agrietadas.
- Clima frío:> las temperaturas frías y el clima seco pueden eliminar la humedad de la piel, lo que lleva a una piel agrietada y callosa.
- Agua caliente: el agua en realidad puede contribuir a la pérdida de humedad. Después de un largo día de frío, meterse en una bañera bien caliente es innegablemente satisfactorio, pero puede alterar el equilibrio natural de humedad de la piel y resercarla. El agua tibia es menos irritante. Trata de prevenir la pérdida de humedad justo después de la ducha: mientras tu piel aún esté húmeda, aplica un humectante hidratante para ayudar a mantener los niveles de humectación de tu piel.
Cómo tener manos y pies suaves
1. Lávate con suavidad
Cada vez que te lavas las manos, eliminas los aceites naturales de tu piel, así que asegúrate de devolverles un poco de humectación. Lávate con agua tibia y un jabón que incluya ingredientes humectantes pero que no tenga fragancias potencialmente irritantes.
2. Humecta tus manos y pies con los ingredientes adecuados
Es posible que apliques constantemente una loción en tu piel seca y agrietada, pensando que los mantiene hidratados. Después de todo, probablemente alivie tu piel irritada en el momento. Pero, si notas que tienes que volver a aplicar la loción constantemente, es posible que no sea lo suficientemente hidratante. A menudo, esto se debe a la consistencia: las lociones más líquidas probablemente tengan un mayor contenido de agua. Los humectantes enriquecidos están repletos de ingredientes formulados para penetrar profundamente en las capas de la piel, reparándola desde el interior. En invierno, opta por una crema espesa, como una crema para manos hecha con glicerina como ingrediente clave para hidratar las células de la piel y retener la humedad.
3. Exfolia tu piel... a veces
La exfoliación puede ayudar a eliminar la piel muerta, manteniendo las manos y los pies suaves y preparados para que el humectante llegue a las capas más profundas de la piel. Sin embargo, no lo hagas muy frecuentemente o corres el riesgo de irritar tu piel. Nunca exfolies la piel ya quebrada o irritada.
4. No te olvides de las uñas
A veces, la piel puede secarse tanto que incluso el área alrededor de las uñas también se agrieta. Aplica tu humectante generosamente y recuerda repasar tus cutículas.
5. Usa guantes y calcetines abrigados
Siempre que salgas cuando hace frío, ponte un par de guantes para proteger tu piel de los vientos fuertes del invierno. Antes de acostarte, aplica un bálsamo corporal humectante espeso en las manos y los pies antes de ponerte un par de calcetines cómodos y despiértate con una piel hidratada y suave de una sola vez.