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Es hora de revisar tu rutina de limpieza facial. ¿Te acordaste de lavarte el rostro esta mañana? ¿Qué productos estás usando? ¿Cuándo fue la última vez que exfoliaste tu piel?
Existe un arte y una ciencia a la hora de perfeccionar la rutina de limpieza facial ideal. Lo sabemos porque estuvimos experimentando durante un largo tiempo para encontrar la forma adecuada.
Ayuda a que tu limpiador funcione aún mejor. Usa una toallita desmaquillante para quitar todo, desde el humectante con color hasta el rímel a prueba de agua, antes de lavarte el rostro.
Comienza y termina tu día con una buena limpieza, ya que tu piel puede acumular bacterias, impurezas y suciedad mientras duermes. Así que te recomendamos que siempre laves tu rostro dos veces al día, una por la mañana y otra antes de irte a dormir para quitarte las impurezas del día. ¡Es fácil!
Resiste las tentación de lavarte el rostro con agua caliente. Podría dañar tu barrera cutánea. Lavarte el rostro con agua tibia o fría es mejor para prevenir la resequedad, el enrojecimiento y la irritación.
Lavarte y enjuagarte tan solo 5 segundos realmente no cuenta porque no quita mucho el maquillaje, la suciedad y la grasa. Coloca una pequeña cantidad de limpiador en tus dedos y luego aplícalo suavemente en la piel con un movimiento circular ascendente. Hazlo aproximadamente el mismo tiempo que tardas en cepillarte los dientes (2 minutos).
Nuestra piel se renueva cada 2-4 semanas. Esto significa que constantemente se desprende piel muerta que puede tapar los poros y causar granos. Puedes ayudar al proceso de renovación natural incorporando un limpiador facial exfoliante o un exfoliante líquido en tu rutina. Si tienes piel seca o sensible, una vez a la semana suele ser lo ideal. Si tienes piel grasa o mixta, dos o tres veces a la semana está bien.
Lo ideal es una buena toalla mullida y suave. El truco es usar una toalla limpia para no transferir ningún residuo viejo a tu rostro recién lavado. Sécate apoyando la toalla con toquecitos suaves.
Cuanto más rápido apliques los productos para el cuidado de la piel después de secarte, más podrás retener la humedad. Te recomendamos aplicar tu paso 2 (aerosol, suero o humecante facial) mientras tu rostro todavía esté un poco húmedo.