Paso uno: Lávate el rostro
Esto probablemente parezca algo tonto, pero te sorprendería saber cuánta gente no se lava la cara con regularidad. Si tienes piel propensa al acné, te recomendamos usar un limpiador suave y lavarte el rostro con la yema de los dedos dos veces por día: cuando te levantas y antes de irte a dormir.
Nuestro limpiador recomendado: Neutrogena® Oil-Free Acne Wash Cream Cleanser
Paso dos: Trata el acné
El acné más resistente a menudo es el que no puedes ver debajo de la superficie. Quizás parezca imposible de tratar, pero el ácido salicílico y el peróxido de benzoilo son ingredientes comprobados para combatir el acné. Para impedir que el acné subcutáneo se vuelva visible, incorpora un tratamiento delicado en tu rutina. Aplica una pequeña cantidad en todo el rostro antes de aplicar el protector solar durante la mañana. Puedes olvidarte del protector solar si usas el tratamiento de noche.
Nuestro tratamiento sugerido: Stubborn Acne AM Treatment
Paso tres: Humecta, humecta, humecta
Sí, incluso la piel grasa necesita humectación. Aplicar un humectante liviano con regularidad ayuda a mantener la barrera de humedad natural de la piel y deja la piel con una sensación de suavidad. Aunque te recomendamos aplicar el humectante dos veces por días, es muy importante usar protector solar durante el día, incluso cuando está nublado.
Nuestro humectante recomendado: Neutrogena® Oil-Free Moisture Broad Spectrum SPF 35
Adicionales para combatir el acné
Personaliza tu régimen con adicionales que dependen de tu tipo de piel. Si tienes piel muy grasa, un tonificador suave te ayuda a disminuir los brotes, minimizar la hinchazón y el enrojecimiento y a unificar el tono de la piel. Aplica una pequeña cantidad en una bola de algodón y aplícalo sobre el rostro después de la limpieza.
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